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Gualok de la fotógrafa Lucila Bodelón

Entrevista con la Fotógrafa Lucila Bodelón

La fotógrafa Lucila Bodelón nos habla de su trabajo, influencias y experiencias en la fotografía.

Lucila Bodelón es fotógrafa, artista visual y docente no formal de arte. También escribe poemas y diarios.
Nació en Buenos Aires, Argentina en el año 1974 y al salir del secundario se sumerge en el mundo del arte y la imagen. Estudia Cine, Fotografía e Historia del Arte y la Estética.
Su interés está enfocado en la investigación autobiográfica como ejercicio de actualización de la memoria, como método de entendimiento sobre los sucesos y como una forma personal de dar sentido.
Utilizando la imagen fotográfica como metáfora de sus emociones y experiencias incluye la relación que establece el cuerpo dentro de los espacios que habita y da lugar a la fotoperformance, el video y la palabra.
También se siente atraída por los cruces entre lo urbano y lo rural que pueden producirse dentro del arte contemporáneo, interés que la llevó a vivir unos años en el medio de la naturaleza salvaje explorando otros modos de relacionarse con la creación y el trabajo como artista.
Ha publicado los siguientes fotolibros: “Mi Cielo Protector” (2006, edición de autor), “Rollei Landscapes” (2008, Un amor cayó del cielo), “Fotos pinturas juguetes” (en coautoría con Claudio Roncoli, 2008, Un amor cayó del cielo /Will ) y “Gualok” (2020, Flanbé ediciones ) y el poemario “Temporada de elipsis” (2021, editorial Entre Ríos).
Desde el año 1998 expone su obra en distintos espacios e imparte y gestiona talleres, clínicas y residencias para artistas.

¿Qué nos puedes contar sobre la serie Gualok que presentas en Cómo ser Fotógrafa?

Gualok es un proyecto que inicié en el 2010; la muerte de mi madre se había teñido de un halo de misterio y no podía decodificarlo de ninguna manera, con los años se hacía más difícil ponerle palabra a la sensación que llevaba dentro de mí. Era algo que me perturbaba.
Conservaba uno vestido que había sido de ella, cuando me lo probé mi cuerpo cabía perfectamente dentro él, en ese vestido nuestros cuerpos habitaron juntos y a partir de ese acto se abrió un camino. Encontré otro vestido y una enagua, compré una peluca y representé situaciones que podrían haber sido de su cotidiano, la traje a la vida para averiguar quién había sido, o quién hubiera querido ser. Realizaba acciones y me fotografiaba, si bien no era la primera vez que lo hacía, es allí donde comienza mi especial interés por la fotoperformance.
Si había otorgado un lugar a su vida ahora debía ir hacia su muerte así que decidí hacer el viaje hacia ese momento: la ciudad donde había muerto es la misma ciudad donde había nacido por lo que se formaba un círculo metafórico que también me atraía. A estos momentos de acciones y pensamientos les llamo las prácticas intangibles. No se ven en la obra final, pero hacen a la obra y tienen su propio tiempo-espacio. Yo los disfruto muchísimo.
Sabía que seguramente aún quedaban algunos primos, pero no tenía ninguna relación ni datos sobre ellos, me marché hacia aquella ciudad a más de 900 kilómetros sin certezas ni demasiadas pistas. Fue un viaje maravilloso lleno de miedos, torpezas y descubrimientos que se desarrollaron en solo cinco días. Treinta años de intrigas e imaginaciones fueron cobijados y abrazados en menos de cinco días, ¡increíble!, no lo hubiera imaginado nunca.
La fotografía, el proyecto y la excusa de hacer una obra las utilizo como método para comprender mi propia existencia y son las que me impulsaron a emprender esa búsqueda particular. El arte es mi brújula, no creo en los ¨nortes¨, mis puntos cardinales son la imagen y la palabra.
Elegí el nombre Gualok un día sentada a la orilla de un arroyo, significa algodón en lengua toba, los pueblos originarios de la región. Además, me enteré de que mis abuelos trabajaban en los campos de algodón y llevaban a sus hijas para que también trabajaran allí. Todo cerraba.

¿Consideras tu trabajo fotográfico también como parte de tu autobiografía? ¿Qué tipo de sentido le das a las imágenes que produces y en qué medida te interesa que comuniquen algo a los demás?

Es el acto fotográfico el que me atrae en principio y es a través de él que busco comprender mi realidad y mis experiencias. La fotografía es tangible, es real, es un “eso ha sido y eso es cada vez que la observo”. Otorgar sentido y establecer un orden me ayuda a continuar. Creo que si la comunicación es sincera finalmente llega a quien esté receptivo. Compartir emociones nos une y da cuenta de que todos en menor o mayor medida atravesamos situaciones similares. El arte nos hace sentir menos solas y nos ayuda a comprender. Comprender es aliviar.

La producción en torno a lo autobiográfico ha sido y es un tema recurrente en muchos trabajos artísticos a lo largo del tiempo. ¿Qué otrxs fotógrafxs te han inspirado a la hora de abordar tu trabajo desde esta perspectiva intimista?

Sophie Calle es a la primera que estudié en profundidad y quien me motivó a explorar de diferentes modos los hechos y sensaciones personales. Me gusta su humor e ironía, aunque no se vea plasmado en mi obra, es algo que me acompaña y me permite hurgar en sucesos dolorosos sin salir muy afectada.
Luego, más bien me inspiro de la literatura. Los diarios, son fan de ellos. Édouard Levé es un artista que me interesa muchísimo.

En la serie podemos ver un conjunto de paisajes realizados en entornos rurales ¿Cada imagen esconde una historia o emoción concreta?

Cada imagen o serie de imágenes corresponden a un estado de ser y de exploración por el cual estoy atravesando. La mejor manera para mí es ver en su conjunto, cómo se relacionan unas imágenes con otras, incluso con la palabra. Me interesan las lecturas rizomáticas y movibles como reflejo de nuestro propio acto de hacer memoria. Recordar es entrar en otra dimensión, eso mismo quisiera lograr al unir mis fotografías en un proyecto o idea.

Como mujer fotógrafa y artista, ¿a qué tipo de retos te has enfrentado a lo largo de tu carrera profesional y qué te han aportado?

El mayor reto ha sido no perder la ilusión de hacer lo que hago, porque los comentarios y miradas que se reciben del entorno profesional masculino son no solo desalentadores sino en muchos casos hirientes, cuando tienes 20 – al menos cuando yo los tuve – no sabes defenderte y tampoco entiendes por qué debes defenderte.
Luego viene un reto más íntimo que es el de hacer lo que sientes y no lo que te sugiere el mercado. Siempre digo que hay lugar para todxs, solo necesitamos encontrar cual es el que mejor nos hace sentir. ¿Qué me ha aportado? Principalmente confianza y con ella deriva la constancia, dos cosas que trato de transmitir también a quienes se acercan a mí.

¿Qué consejo puedes ofrecer a otras artistas que se encuentran en el inicio de su carrera artística?

Que confíen en ellas y en las compañeras con las que se sientan apoyadas, que hagan cosas, prueben, experimenten, estudien, que no se queden en un solo lugar (ni físico, ni mental, ni emocional) y que escuchen pocos consejos:)

Esperamos que os haya interesado la entrevista con la fotógrafa Lucila Bodelón. Si quieres ver el trabajo de otras fotógrafas lo encontrarás en nuestras noticias.